Una masseria del siglo XVI muy bien restaurada y cuidada. Suite amplia con excelente decoración y cama original.Desayuno exquisito con productos caseros.Atención y dedicación por parte de los propietarios.Ubicación conveniente a pocos minutos de Matera en coche.

Estuve muy feliz, no tengo ninguna pega.

El recibimiento fue estupendo, nos dieron recomendaciones sobre qué hacer y dónde comer en el pueblo. El desayuno era espectacular, con una variedad impresionante de productos caseros. Además, las habitaciones eran amplias y estaban decoradas con mucho estilo. disfrutamos de unas vistas increíbles a los campos de trigo en pleno junio. ¡Una gran opción para hospedarse!

La comunicación entre las habitaciones y las zonas comunes tenía que hacerse por el exterior, lo que implicaba subir escalones y estar expuesto al sol, la lluvia o el calor. Esta fue la única desventaja que encontramos durante nuestra estancia.

Una de las cosas que más me encantó de este lugar fue la hermosa terraza que tenían. Dicho esto, puedo decir con seguridad que pasar tiempo allí fue como estar en un oasis en medio del desierto. Fue el lugar perfecto para relajarme mientras disfrutaba de las hermosas vistas del paisaje. Además, el personal fue muy amable y servicial, siempre dispuesto a asegurarse de que tuviera todo lo que necesitaba para una estancia perfecta.

Falta de piscina.

Increíble experiencia! La ubicación en medio del campo es super tranquila y con un paisaje hermoso. Los dormitorios son impecables y lindos, con ducha de efecto lluvia y zona de vestidor. El desayuno es espectacular, con una gran variedad de opciones. El personal, una familia encantadora, es amable y servicial. ¡Volvería sin dudarlo! Además, el hotel cuenta con wi-fi, estacionamiento gratuito, aire acondicionado, TV de pantalla plana. No se permite fumar en las instalaciones.

nuestra estancia en matera fue aún mejor esta vez gracias a la experiencia en masseria torre spagnola. el recibimiento fue excelente y la anfitriona, beatrice, fue una gran ayuda para movernos por la ciudad. las habitaciones eran espaciosas y hermosamente decoradas, y las vistas a los campos de trigo eran impresionantes. el desayuno fue lo mejor, con una amplia variedad de alimentos frescos y deliciosos.

nos hubiera encantado tener una piscina para disfrutar durante nuestra estancia.

El alojamiento se encuentra en mitad del campo donde reina el silencio y la tranquilidad. El edificio, un pequeño castillo aragonés, está muy bien cuidado y la habitación es enorme, con un techo alto, ducha amplia con efecto lluvia y una zona de vestidor con una pequeña nevera. No se escuchó ningún ruido de otras habitaciones ni de fuera. tiene una cafetera dentro de la habitación. El desayuno espectacular. Nada más llegar nos encontramos con la mesa repleta de cosas diferentes para comer y beber. Dulce, salado y fruta. El personal, una familia que vive en el mismo edificio, es muy amable y servicial.

Me sentí completamente relajado, no tengo ninguna razón para quejarme.

El hotel es un edificio histórico bien conservado y adaptado a las necesidades de alojamiento. El personal es amable y atento, brindando un servicio acogedor y personalizado.El desayuno es espectacular, completo y con productos caseros.Las habitaciones son amplias, cómodas y decoradas con detalles históricos.

Todo estupendo.

Habitación amplia y decorada con gusto

Propietarios amables y atentos. Desayuno espectacular con productos caseros.- Tranquilidad y paz en el entorno

De verdad no hay nada que no me haya gustado.

Lujo y comodidad en la Masseria. Atención excelente del personal.Encantador ambiente del siglo XVI.Decoración y detalles exquisitos.Desayuno delicioso y abundante.Productos de calidad de la granja.

Imposible encontrar algo.

La relación calidad-precio fue excelente, las habitaciones eran espaciosas y hermosamente decoradas. La ubicación del hotel en un entorno tranquilo y pintoresco fue perfecta para una estancia relajante. El personal fue extremadamente amable y servicial, brindándonos información detallada sobre el área y asegurándose de que nos sintiéramos bienvenidos y atendidos en todo momento.

Mi estancia en Masseria Torre Spagnola fue simplemente maravillosa. El lugar es encantador, con una ubicación tranquila y hermosa cerca de Matera. La habitación en la que me alojé era amplia, decorada con mucho gusto y me hizo sentir como en un sueño. Los propietarios fueron extremadamente amables y atentos, asegurándose de que mi estancia fuera excepcional.

No tengo ninguna queja, todo fue perfecto.

Siempre vuelvo a este hotel porque el personal es amable y me dieron recomendaciones sobre comida para llevar la primera vez. Tiene Wi-Fi, estacionamiento gratis, aire acondicionado, televisión de pantalla plana, almacenamiento de equipaje, admiten mascotas y no se permite fumar en el lugar. Volveré por un par de días.

Lo mejor sin duda fue el alojamiento en Masseria Torre Spagnola. El edificio, un pequeño castillo aragonés, está muy bien cuidado y la habitación es enorme, con un techo alto, ducha amplia con efecto lluvia y una zona de vestidor con una pequeña nevera. No se escuchó ningún ruido de otras habitaciones ni de fuera. Además, el desayuno fue espectacular, con una mesa repleta de diferentes opciones para comer y beber. El personal, una familia que vive en el mismo edificio, fue muy amable y servicial. Sin duda, lo recomiendo.

El alojamiento se encuentra en un tranquilo entorno campestre, rodeado de naturaleza y lejos del bullicio de la ciudad. Además, el edificio histórico del hotel está muy bien conservado, lo que le da un encanto especial. Las habitaciones son amplias y cómodas, con techos altos y duchas espaciosas. En cuanto al servicio, el personal es amable y servicial, y el desayuno es espectacular, con una variedad de opciones dulces, saladas y frutas frescas.

Una ligera desventaja es que es necesario disponer de coche para llegar al hotel, ya que está apartado de la ciudad.

La persona que nos recibió y nos atendió fue amable y servicial. El desayuno era fabuloso y el lugar estaba bien cuidado y restaurado.

Me sentí muy bien, no me puedo quejar.